martes, 16 de octubre de 2012

HACIENDO AMIGOS CINÉFILOS

España ha sido cuna de grandes literatos, escritores, músicos (sí, sí, en nuestra peculiar escala pero hemos tenido compositores ilustres), y maravillosas cabezas pensantes de la ciencia. Indiscutible.

Es un país, no obstante, de contrastes brutales: pasamos del extremo de Berlioz a la cutrez de nuestra música popular (véase basura como la Macarena y nos entenderemos todos).

El cine no podía ser menos. El cine español es, a grandes rasgos, pura bazofia impresentable. Los escasos directores de calidad salen huyendo despavoridos de un país que financia tanto la roña más infecta como las grandes obras del cine patrio a golpe de subvención pública.

Sin embargo, ahora les recortan gastos y no se financiará apenas a cuatro gatos, que me imagino serán los mismos de siempre. Eso sí, ahora están todos lloriqueando por las esquinas y lamentando que los dineros públicos no costeen lo que antes era una vergüenza.

Pongamos un ejemplo: se rodó una basura llamada "Mentiras y gordas", con dinerito del Estado, es decir, de todos los españolitos. Una cinta de reparto mediocre, para variar, con un guión plagado de esos topicazos que eran uso y costumbre del cine español que marcó una época: putillas adolescentes, drogadictos, borrachos y muchas dosis de sexo cutre gratuito para atraer a un personal ávido de carne (me pregunto si somos de verdad tan tontainas, teniendo en cuenta que para ver cacho basta un click en google). Alguien se pregunta por el guión... ¿Acaso el guión de tal despropósito es necesario? Para mejorar la imagen de la cinta, diré que la que fuera ministra de Cultura estaba detrás de esa roña. La pagamos todos.

Repito y resalto: la pagamos todos.

Y ahora lloriquean mientras la población se las ve y se las desea para llegar, no ya a fin de mes, sino a mediados. Lloriquean protestando por la subida de impuestos de cultura (matizo, cine) pero se quedan callados como putas respecto a los impuestos que afectan a millones de personas.

Y yo, entonces, pienso: vaya, quizás de esta forma el cine comience a necesitar financiación privada, como en la mayoría de países del mundo, y tengan que presentar proyectos cinematográficos de calidad, trabajados y pensados. Y yo, entonces, pienso: vaya, quizás de esta forma se acabe el mamoneo que se ha vivido en el sector, en el que se han financiado mierdas de celuloide de una serie de enchufados, amiguetes y privilegiados, y comiencen a financiarse los proyectos por su calidad.

¿Quién sabe? Quizás es de los pocos recortes con el que estoy tan de acuerdo que se me saltan las lágrimas de emoción. Porque, a ver si despertamos de una maldita vez, nuestro cine es una basura, nuestras producciones televisivas también. ¿De qué demonios se quejan en el sector? ¿Por qué no se quejan de llenar nuestras salas y televisiones de pura basura?

Porque el estado ideal sería el siguiente: presento un proyecto, lo estudian y, si es bueno, se financia. Sin embargo el estado actual era: pido dinero para una película, mi colega dice que sí, y ruedo la primera basura que se me ocurre a ver qué pasa.

Siendo así, espero que la era de "Mentiras y gordas" termine y quede como una etapa sórdida de la cultura de nuestro país. Aunque mucho me temo que los apoltronados encuentren otra forma de seguir chupando del bote público que debería destinarse a aquellos que ya están pasando hambre y desesperanza.

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