miércoles, 31 de octubre de 2012

MUNDO IDIOTA

El título no podía ser otro, por el tema a tratar: el nacionalismo. Sin discriminación, desde el nacionalismo, canario, catalán, vasco, doméstico hasta el nacional.

Una carta desde la Unión Europea en la que se dice con rotundidad una obviedad, que es la de que, si Cataluña se independiza, sale de la Unión, me ha motivado. Mundo idiota, porque hay que ser como mínimo idiota para no saber eso, algo de cajón. ¿O es que alguien pensaba lo contrario?

Partamos del origen de todo nacionalismo: el nacimiento de esta... ¿ideología? fue fundamentado por el interés de una clase acomodada de apropiarse los dineros del pueblo para sí y que no fueran desviados a un gobierno o monarquía centralizados. Su evolución a lo largo del siglo XX ha sido la misma, variando en escasos matices.

Se resume, en la actualidad, en una clase elitista que se agrupa en una clase política que busca el enriquecimiento personal. Hay que ser medio tonto para creerse que el interés radica en hacer revertir esos ingresos en el pueblo, porque no es así. Hay que ser medio tonto para pensar que un país escindido y convertido en independiente no precisa, aparte de una política interna, de otra internacional, un respaldo que se retira cuando hablamos de un espacio que repentinamente queda como una Andorra relativamente grande.

No sé si mis paisanos canarios, los catalanes, los vascos, y tantos otros quieren eso realmente o se lo han planteado en serio, porque, si es así y siguen deseando esa tontería, pues se definen como idiotas. No hay más.

Mal que nos pese (a mí no me pesa, pues soy consciente de que, en la actualidad, somos una provincia de eso que se llama Europa), la tendencia europea es la de unirse como un país grandecito, un estado que avanza hacia la unidad económica, fiscal, bancaria, cultural... Teniendo en cuenta que eso implica la apertura de fronteras, por poner un ejemplo, el nacionalismo independentista es, inevitablemente, una estupidez insensata.

No me importaría que se realizara un referéndum, aunque sería injusto para tantas personas que tienen el mismo derecho a llamarse catalanes y se sienten españolas. Pero no deja de causarme curiosidad, porque los acontecimientos serían evidentes: Cataluña fuera de Europa significa cierre de fronteras, política de aduanas (pregunten a los canarios acerca de esto, sobre todo a los empresarios, que la cosa tiene miga y es vergonzosa, pues el nacionalismo canario se ha sacado de la manga un impuesto especial por el que enviar mercancía allí sale por un huevo y parte del otro, lo que repercute de forma muy negativa en la economía insular; eso sí, los políticos nacionalistas viven de puta madre), significa falta de respaldo de un ente mayor, significa quedar a expensas de una clase política adinerada de corte aristocrático.

Sería como si un grupo de trabajadores quedara a expensas de un jefecillo cuando la empresa grande para la que trabaja se divide.

Mundo idiota que, a estas alturas, todavía sigue en la caverna. Bah.

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