En todas las lenguas muertas y las moribundas, las modosas y tremebundas. Sí, ¿qué pasa? Hoy quiero jurar y, como más o menos se dará cuenta cualquiera, eso mismo haré.
Día especial para jurar. Una edil se hace un dedo o sabrá Dios el qué, pero varias cochinadas ante una pantalla, le suben el vídeo y ahora la pobre mujer debe sufrir y padecer a cuatro tarados que la insultan alegremente, además de la vergüenza y otros daños sólo por el mero hecho de desfogarse como le ha dado la real gana.
No la defiendo por su ideología. De hecho, su partido no es precisamente santo de mi devoción. Pero lo que me parece de matadero público es el acoso y derribo de esa mujer por una solemne patochada.
Vivimos en un país con más puticlubs que bibliotecas y librerías juntas. En este maravilloso e hipócrita país, vas a un kiosco y las revistas más vendidas son o esas cochinotas o las que ponen dos melones de reclamo.
Si pudiéramos acceder a las estadísticas de navegación web en este país tan ilustre y recatado, veríamos que las páginas porno están petadas de pajilleros virtuales. Asimismo ocurre con las ventas de lencería de corte pilingui en la que tanta casta y modosa embute sus lorzas para desfogar con el de turno.
Pero entonces salta la noticia, vaya escándalo. Imagino que un prócer ciudadano "españó" estaba buscando información sobre la siembra del garbanzuelo y se topó casualmente con el vídeo de esta mujer. Válgame Dios pensar en que tuviera otras intenciones.
Encuentra un vídeo y ya tenemos el circo a lo cañí.
En mi vida nunca he visto tantas tetas como en las páginas más modositas de la red. De hecho, basta ir a la playa y ni siquiera me hace falta irme a un sitio tan obvio. Hay sobresaturación de tetas. Y por el camino necio que llevamos, empezaremos a estar hartas de ver carne masculina. Hay tanta sobresaturación que veía hace una década a madres castas y recatadas comprando una publicación, que todos conocemos en este país, que venía a ser un compendio de consejos para ser una pequeña putilla de provecho, a sus hijitas de doce años.
Pero, Dios mío, qué vergüenza, una mujer hecha y derecha que se masturbe. Hay que ver. Hipócritas.
Pensaba que a estas alturas, cuando ya nos han metido tetas hasta en la sopa a base de cutrecine español, publicaciones, moda hortera, etc. etc., ya nadie se iba a inmutar por una tontería tal como que una edil se haga un dedo ante una pantalla del ordenador. ¿Es que los ministros no se la cascan? ¿Son como el Papa?
No sé si habrá alguien que no haya sentido vergüenza ajena ante las imágenes de una mujer destrozada, siendo "MALTRATADA PÚBLICAMENTE" por cuatro gallitos de corral. ¿Dónde estaba la policía para detener a esos garrulos de pata partida?
Mi otro juramento va por esa decisión de obligar a los parados a apagar los incendios. A ver que me entere yo bien, porque no me queda claro. Resulta que tenemos las cárceles españolas a rebosar de narcos, de pederastas, de violadores, de maltratadores, del coño de la Bernarda, de políticos corruptos, de ciudadanos corruptos, y lo que me dejo en el tintero. Pero, Dios nos libre de mandarlos a trabajar, pobrecitos. Para apagar los incendios están los parados.
Viendo estas cosas que las noticias nos deparaban hoy, no me queda más que decir que este país tan nuestro y maravilloso merece con creces irse al pozo más profundo. No me extraña, cuando aún tenemos la
cabezota metida bajo un turbante mental.
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